Arquitectura religiosa

 

La iglesia parroquial de San Sebastián se presenta como el edificio religioso más importante de la localidad. Fue construida a mediados del siglo XVI y se compone de tres naves separadas por arcos ligeramente apuntados de ladrillo sobre columnas cilíndricas de granito con capiteles troncopiramidales. El altar se enmarca en tres arcos que parten de dos entronques de cuatro columnas en haz y su artesonado a cuatro paños es más elevado que el del resto de la iglesia. La nave central se halla cubierta por artesonado de fondo de artesa, con tirantes. La fachada principal, toda ella de sillares de granito, fue reconstruida en el siglo XVIII, época de la que data también al parecer la torre neomudéjar de ladrillo, que sustituyó al campanario original. En ella se contienen cuatro campanas que, aunque del presente siglo, son admirables por su templada sonoridad. La fachada lateral es gótica y su puerta ojival puede ser de la construcción primitiva. El interior no contiene ninguna pintura, escultura u orfebrería de interés, salvo la pila bautismal de granito del siglo XVI. Recientemente ha sido objeto de una discutible reforma interior.

 

Iglesia de San Sebastián    

La ermita de San Pedro es probablemente la más antigua de las tres iglesias locales, retrotrayendo algunos autores su edificación hasta finales del siglo XIV. Está formada por una sola nave rectangular atravesada por tres grandes arcos apuntados de ladrillo que arrancan de pilastras de granito y sostienen una vulgar armadura de tejado a dos aguas, con tablazón visible desde el interior. Su tosca fachada presenta una típica portada de arco carpanel enmarcado en alfiz de moldura gótica. En el siglo XVIII se le añadió una capilla en la cabecera, cubierta por una inusual bóveda elíptica. El suelo enladrillado de toda la nave es obra del siglo XVII. Destacan los sólidos contrafuertes del muro del Evangelio.

Ermita de San Pedro

La ermita de la Virgen de la Peña presenta planta y factura barroca del XVIII, aunque no hay que descartar su edificación sobre un templo menor más antiguo, según testimonio de la puerta norte, de transición al gótico, sin duda el elemento más antiguo de toda la construcción. En el interior, la cabecera, elevada sobre el resto de la nave y cubierta por una cúpula con linterna, cobija tan sólo una gran urna de cristal que guarda durante todo el año la pequeñísima imagen posiblemente románica de la Virgen de la Peña, patrona de Añora, única talla de madera que se conserva en toda la localidad. En el exterior destacan los dos interesantes mosaicos de piedra tosca sin labrar a los pies de cada puerta. El de la principal ocupa una superficie de 60 metros cuadrados y representa un escudo heráldico con castillo coronado flanquedao por leones rampantes, águilas bicéfalas y floreros con ramos de loto, todo ello completado con granadas, espirales y el anagrama de la Virgen de la Peña. El de la puerta norte, más pequeño, representa un sol antropomorfo con dieciséis rayos alternativamente rectos y ondulados.

Ermita de la Virgen de la Peña

Obra religiosa también, aunque sólo destacable por el protagonismo que alcanzan en la Fiesta de la Cruz, son las monumentales cruces de piedra que en número de siete se distribuyen por todo el pueblo (cuatro de ellas en la antigua ruta del via crucis que componían las calles Amargura y Virgen). Todas son de granito del país, con sección poligonal (cuadrada u octogonal) y levantadas sobre basamento escalonado. La más artística, por sí misma y por el marco que la acoge, es la de la Plaza de San Pedro, fechada en 1952 y que presenta una artística moldura en todo su recorrido (o así al menos era hasta hace unos cuantos años, porque recientemente ha sido sustituida por otra más moderna, siguiendo la elemental máxima municipal de que lo que está viejo se cambia por algo nuevo y ya está).

 

Cruz monumental de granito el día de la Fiesta de la Cruz